Empiezo a teclear sin saber a dónde me llevarán mis dedos, sólo se que quiero hablar de ti, que tengo necesidad de escribirte, que te extraño, que extraño tus ojos miel y tu pelo lacio, tu sonrisa y tus uñas mordidas.
Ahora tú fuera no de mi vida, sí del país. Ahora hablamos entre aeropuertos y nos vemos en las breves visitas. Tu herencia es un estandar que no puedo ni quiero bajar pero al que es muy dificil llegar.
A veces fantaseo con la historia alterna, con el final feliz para siempre, contigo a mi lado todos los días. Nuestro final no existe per se, la historia sigue en un capítulo nuevo, y hoy por hoy siento que nuestro libro tendrá páginas infinitas que ahora se llenan de tinta que supera fronteras y de frases que emanan del alma.
Me enamoré de tu alma y te mostré la mía. "¿Te pongo nervioso?" me preguntaste y contra mi orgullo te conteste con un "Sí me pones nervioso" picarón. Me guiñabas el ojo en un coqueteo personal y te sonreía mientras me sonrojaba. Te veía el trasero y me atrapaste en tu mirada; nos hicimos muy cercanos en cuerpo, mente y alma. La vida se llevó tu cuerpo de aquí, pero dejaste pedazos de tu ser en mi cuerpo y en mi casa.
Ahora sé que si no es como tú no es nada, sólo prometeme que si no podemos estar juntos hay alguien más como tú en este mundo.
domingo, 26 de julio de 2009
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